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Londres en 4 días (Part Two)

junio 4, 2008

20 de Septiembre de 2007

Nuestro vuelo salía puntual de Tenerife Norte a eso de las 7:20. Tras, aproximadamente, dos horas y media aterrizábamos en Barajas y nos poníamos a la aventura en busca de nuestra puerta de embarque. Se suponía que nuestro vuelo salía de la fantástica Terminal T4, pero no, al poco descubrimos que teníamos que buscar algo que se llamaba T4-auxiliar. Ahí es nada: tuvimos que coger una especie de metro para llegar y caminar un rato hasta encontrar nuestra puerta de embarque. Tras unos 20 – 25 minutos, al fin la encontramos y nos sentamos a recuperar el aliento. Nuestro vuelo destino Londres se retrasó unos 40 minutos, con lo que disfrutamos viendo despegar aviones durante un rato.

Londres

El vuelo a Londres (operado por British Airways) transcurrió con normalidad. Incluso nos ofrecieron almorzar a bordo (y gratis!!) pero a ninguno de los dos nos hacía demasiada ilusión el sandwich de pollo que nos daban y declinamos. A eso de las 15:00 aterrizábamos en el caótico aeropuerto de Heathrow. Yo pensé que no había nada peor que Barajas, pero me equivocaba. Digna mención los 30 – 40 minutos que estuvimos esperando por las maletas. Tras recogerlas (ya temía que no hubieran llegado) nos fuimos de cabeza al metro.

El metro de Londres es uno de los peores en los que he estado, pero aún así es el mejor medio para desplazarse por la ciudad. Nosotros habíamos elegido como opción para nuestros desplazamientos una Oyster Card. Una tarjeta recargable que agiliza mucho la entrada y salida del metro y que te asegura viajar durante el día gastando el mínimo dinero. En la ventanilla de la estación y todavía no se debido a que, al final nos encasquetaron dos Oyster Travelcard, que básicamente es lo mismo, pero está pensada para turistas. Te permite viajar durante un número determinado de días las veces que quieras y es un poco más cara, aunque su funcionamiento es igual que la Oyster y externamente no se diferencian. Tras pagar un suplemento aparte para poder viajar por la zona 6 , nos metimos en el metro con los bártulos a cuestas.

El trayecto duró una hora hasta King’s Cross St. Pancras. Nuestro hotel estaba al lado de la estación y no nos costó demasiado encontrarlo. El recepcionista debía tener un sexto sentido o no esperaba a nadie más, porque ya sabía que éramos nosotros. Nos dijo la hora del desayuno (7:30 – 9), nos entregó la llave y nos dijo que le pagáramos más adelante, que no había prisa. Buen rollito.

Colocamos nuestras cosas, nos sentamos un rato y nos fuimos al metro a ver si realmente Londres era como nos habían contado.

Esa tarde teníamos pensado pasar por varias tiendas e ir a Picadilly Circus. Al final decidimos no ir a Harrods ese día, porque quedaba un poco a trasmano, y ver el resto. Destacar que estuvimos en el Primark de Oxford Street, que es como un megaZara con ropa de cierta calidad a precios asequibles y en Forbidden Planet, una megatienda friki en la que puedes comprarte desde la réplica de una espada laser hasta unos cromos de Pokemon pasando por libros, cómics, camisetas… En fin, dos plantas en las que dejarte el alma y el sueldo.

Picadilly Circus

Tras hacer un poco el cabra, nos dirigimos a Picadilly. Allí estuvimos un rato sacando fotos y viendo los neones iluminados al más puro estilo Blade Runner. Cenamos a lo super-size-me en el McDonalds y nos piramos al hotel a descansar. El día siguiente iba a ser muyyy largo.

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